Hay comidas que reconfortan paladar y espíritu , ésta para mi es una de ellas , de las que hablan sin voz a la primera cucharada y te traen a la memoria momentos siempre especiales y sentidos.
Mi madre borda los guisos y yo los preparo siguiendo
sus directrices, sin embargo, nunca me quedan ni me saben igual que los de ella , por mucho mimo y dedicación que le ponga.
Quería tener la receta en mi libreta virtual , sobre todo ,
ahora que en este tiempo los platos de cuchara son los verdaderos protagonistas
de la mesa .
Ingredientes :
Un kg de costillas de cerdo
Una taza de garbanzos cocidos
Cuatro patatas
Una cebolla
Un pimiento rojo
1 cda de pimentón dulce
Media cda de pimentón picante (opcional)
150 ml de vino blanco
Un chorrito de coñac
Un sobre de azafrán
Perejíl picado
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta
Elaboración :
En una cazuela con un fondo de aceite de oliva virgen,
doramos las costillas junto con la cebolla y el pimiento troceado.
Salamos. Cuando comienza a pillar color, se le pone el pimentón y el azafrán y
se remueve bien.
Después se le agrega el vino blanco y el chorrito de coñac ,
dejando que reduzca un poco.
A continuación las pasamos a la olla rápida . Cubrimos de
agua y dejamos que se hagan media hora después de que haya subido la válvula.
Si no tenemos olla rápida , pues las dejaríamos más tiempo
hasta que estuvieran tiernas.
Mientras , en otra cazuela, con una cucharada de aceite se
doran un poco las patatas, previamente peladas, lavadas y escachadas en trozos.
Salpimentamos. Se les añade agua y se dejan cocer.
Cuando las costillas están listas, se pasan a la cazuela de
las patatas , los garbanzos cocidos y ponemos una cucharada de perejil picado y
dejamos cinco minutos a fuego bajo para que se amalgamen sabores.
Aún está más rico de un día para otro.
Y como es una receta de aprovechamiento, ya que he utilizado garbanzos que me sobraron de un cocido, tiene cabida en el proyecto de nuestra querida amiga Marisa, cuyo blog Thermofan , ya conoceréis de sobra y si no es así, os animo a ello.
Desde luego, hay platos que nos cuentan historias, recuerdos y buenos momentos vividos, los guisos suelen hacerlo, ya que eran los que ponían en la mesa madres y abuelas, que con poco se organizaban de maravilla en la cocina. En casa también comíamos este guiso de costillas, no con garbanzos, pero sí con patatas y fideos, cuestión de costumbres según las zonas donde hemos vivido. Bien rico sin duda y calentito para el otoño e invierno.
ResponderEliminarUn beso.
Bego ya sabes lo que me gustan estos platos con historia, los que reavivan recuerdos entrañables, a través de los sabores, olores y colores, y el tuyo nos cuenta mucho aún sin probarlo, porque muchos somos los que contamos con un rico guiso de costillas con papas en nuestra memoria de comidas de familia.
ResponderEliminarBesos
Pero bueno!! Esto es un platazo en todos los sentidos Bego.
ResponderEliminarHaces bien en poner las recetas de tu infancia.
Yo antes de crear el Blog siempre cocinaba este tipo de platos, los de mi madre.
Mi hija, que ha crecido con ellos, ahora me los reclama que por que no los hago más, y que es algo que también puedo poner en el Blog, y es verdad, porqué no?
Un beso grande!!
Hola Bego. Aquí hoy es el primer día en el que hace frío, llueve y sopla el viento, así que ya apetecen los platos calientes y de cuchara. Si la receta viene de las manos de tu madre, está claro que te acompañan emociones y recuerdos especiales.
ResponderEliminarMe ha gustado leer el paso a paso desde el principio al final y no dudo de que está más que bueno. Seguro que ella está feliz.
Muchas gracias por tus palabras cariñosas y por volver a estar con tus recetas en 1+/100.
Besos y cuidaos.
¡¡Hola Bego!! Me gusta mucho el guiso de costillas con patatas, en invierno lo hago mucho y también hago la receta de mi madre. Ella lo hacía también mucho, sobre todo si venían todos mis hermanos a pasar el fin de semana y llegaban el viernes, dice que era muy repartidero y lo mejor es que aguantaba bien todo el día, pues cada uno llegaba a una hora del viernes y lo calentaba y listo. Yo no le pongo garbanzos, pero la verdad es que queda muy completo así y más equilibrado. Besitos.
ResponderEliminarMe gusta esta receta , yo la hago pero nunca le he puesto garbanzos , asi que lo probare besitos
ResponderEliminarÉ daquelas comidas que sabe bem nestes dias frios.
ResponderEliminarFicou uma maravilha
Sabes Bego este plato es muy de casa, muy de recuerdos familiares y aunque no exactamente pero con algún cambio de ingredientes no falta nunca en casa.
ResponderEliminarEs uno de mis preferido diría, ah y que no te salga como a tu madre suele pasar aunque lo hagas exactamente igual, las madres tiene un algo especial.
Un besazo
Y que lo digas, este tipo de platos no solo alimentan el cuerpo también el alma con los recuerdos que nos traen y ahora que llega el tiempo fresquito sientan de maravilla. Seguro que tu madre sigue siendo una buena cocinera.
ResponderEliminarBesos.
Mi querida amiga los guisos de las madres son especiales y nunca las podéis igualar pero la verdad q tu este lo has bordado por q tu plato tiene una pinta de muerte Me encanta Mil besicos cielo
ResponderEliminarHola preciosisima yo a este plato le quito el garbanzo y me quedo pegada en la silla hasta que no quede ni una gota del caldo...hay esas recetas cuanta historia y amor llevan❤un besazo grande
ResponderEliminarBego, por mucho empeño que pongamos, nunca cocimanos como nuestras madres. Hoy en casa hemos frito tomate y le comentaba a mi mujer "jo, lo hago de la misma forma pero no me sale como el de mi madre", afortunadamente ella me ha contestado que le gusta más el mío jajaja En fin, que lo que me queda claro es que tú nos traes una receta casera estupenda y que cada cucharada tiene que ser una gozada
ResponderEliminarAbrazos!!
Hola Bego. los platos de las madres son los mejores del mundo, Y este te ha quedado riquísimo, me ha encantado. Con lo que me gustan los garbanzos me quedare la receta.
ResponderEliminarUn beso enorme
Hola Bego, nuestras madres cocinaban de maravilla, es difícil que podamos igualar aquellos sabores, aunque ellas sean las que nos han enseñado. Pero estoy segura de que este plato tiene la esencia de tu casa, de los guisos de tu madre. Me sabría a gloria pues la pinta que tiene es sensacional. Un beso!!
ResponderEliminar