Pollo al Chilindrón

Este fue uno de los primeros platos salados que cociné en mi adolescencia pues era una de las comidas habituales que mi madre nos preparaba, mi gran maestra.

Desde aquella primera vez que recuerdo con gran cariño , lo he seguido cocinando a lo largo de los años.

Curiosamente no lo tenía subido al blog, ni en este ni en el primero y es que a veces, estas comidas tradicionales pasan desapercibidas o se nos olvidan por ser rutinarias , pero hay que rescatarlas porque son joyas gastronómicas que además nos alimentan gratamente el alma.

Imprescindible un buen pan al lado, una copita de vino y una excelente compañía para que el día sea de disfrute total. 

Ingredientes :

4 zancas de pollo hermosas

2 pimientos rojos grandes

Una lata de tomate al natural

Una cebolla de buen tamaño

Aceite de oliva virgen

2 pizcas de azúcar

Sal y pimienta

3 hojas de laurel

2 dientes de ajo

200 ml de caldo de ave casero

200 ml de vino Albariño

200 g de jamón serrano

Elaboración :

Cortamos las zancas por la mitad, limpiamos perfectamente y le quitamos la piel. Salpimentamos.

En una sartén con un fondo de aceite de oliva virgen echamos los dientes de ajo hasta que se doren, en ese punto los retiramos y añadimos el pollo dejándolo hasta que coja un buen color.

Retiramos para una fuente y reservamos.

Colamos el aceite empleado para una cazuela y en él ponemos a pochar la cebolla y los pimientos, todo previamente limpio y cortado en juliana . Salpimentamos.

Cuando ya están las verduras casi hechas, agregamos los tomates que habremos triturado con un tenedor. Ponemos dos pizcas de azúcar para corregir la acidez del tomate y dejamos que se vaya haciendo todo a fuego medio hasta que esté bien pochado.

En ese punto le incorporamos el jamón en trocitos .

Damos una vuelta al conjunto y ponemos el pollo reservado con su jugo.

A continuación vertemos el caldo y el vino .

A fuego lento lo dejamos hacer durante media hora aproximadamente.

Al principio con la tapa de la cazuela puesta y a los quince minutos la retiramos, para que se consuma parte del líquido, aunque eso va en gustos. Iremos moviendo la cazuela a cada poco para que se forme la salsa.

Lo acompañé de unas patatas fritas aunque en la fotografía no se ven, pues aproveché a sacar las fotos mientras se hacían. Otras veces la compañía es un arroz blanco .