Caldeirada de raya

Degustar pescado es típico de estas fechas de S.Santa, según la tradición cristiana, donde los viernes de Cuaresma no estaba permitido comer carne, costumbres de otra época, más arraigadas entre nuestros mayores que en la sociedad actual. Cada cual que haga lo que quiera. A nosotros como nos encanta el pescado , por darle sobre todo, el gusto a mi madre, no suele faltar en la mesa estos dias.

La blogosfera se llena de buenas recetas, sobre todo de bacalao, pero en lugar de él, hoy quiero compartiros uno de los platos que más disfruto a lo largo del año, la caldeirada de raya, una de las maneras en qué más nos agrada cocinarla en casa, a la gallega, mi tierra de origen.

La raya es un pescado blanco con un contenido graso muy bajo : 100 g de su carne aportan menos de 1 g de grasa . 

Ideal para aquellos reacios a comer pescado por no encontrarse espinas, ya que es un pez cuya estructura es cartilaginosa , con lo cual está libre de espinas ni esqueleto.

La parte comestible es la de sus aletas que es donde se encuentra su carne, una carne sabrosa y algo gelatinosa, por eso no suele ser del agrado de algunos. Hay muchas maneras de prepararla como rebozada , a la plancha, al pimentón con alcaparras, en salsa, en salpicón etc.

En Francia es normal encontrarla en el mercado ahumada , gozando de gran aceptación y se considera un plato de lujo.

Hoy la he hecho en forma de caldeirada ,una de las maneras en qué más nos agrada cocinarla en casa, a la gallega, mi tierra de origen.

Se la dedico con todo mi cariño a mi querido amigo Juan Carlos  de "Gastronomía en Verso", al que tengo el gusto de conocer personalmente . Una persona encantadora, afable y  con una sonrisa a flor de piel en cualquier momento. 

Es un placer encontrarse a gente tan maravillosa a través de esta aldea globlal de internet. De su blog saqué la receta la primera vez que la preparé así, ya hace unos cuantos años y curiosamente aún no la había subido a mi libreta virtual, ni a ésta ni a la anterior.

Como él dice, compartiendo siempre se gana. Gracias.

 

Es conveniente comerlo caliente, por eso las fotos han sido hechas con rapidez y no han salido muy bien. Se que me comprenderéis.

Un punto característico de esta receta que le cambia el sabor por completo es utilizar un poquito de unto, ingrediente primordial cuando hacemos el caldo gallego. Para quien no sabéis lo que es, os diré que es la grasa blanca que recubre los intestinos del cerdo , que se suele secar colgada en un sitio fresco, una vez salada y enrollada sobre sí misma, durante un mes.

Cada vez que voy al pueblo siempre me traigo. Cuando mi familia hacía matanza me daban, ahora lo compro en la carnicería, donde es habitual encontrarlo, pero si no lo tenéis se puede obviar, aunque ese toquecillo que le da a la cocción y a la salsa es muy especial.

Ingredientes para 3 ó 4 personas :

Un kg y medio de raya

3 dientes de ajo enteros

1 hoja de laurel

1 cebolla

6 patatas medianas

2 cditas (de las de café) de unto

1 cucharada sopera de pimentón agridulce

1 cucharada de vinagre

Aceite de oliva virgen extra

Sal gruesa

 

Elaboración :

Pedimos en la pescadería que nos quiten la piel a la raya y troceen.

En casa la lavamos para quitarle restos de sangre si hubiera. La secamos perfectamente y le ponemos sal, dejándola reposar una hora antes de cocinarla.

En una cazuela grande ponemos abundante agua con sal , el laurel y una cdita de unto a hervir.

En ella ponemos las patatas previamente peladas, lavadas y cortadas en cuartos ,al igual que la cebolla. Dependiendo de la patata, las dejaremos cocer hasta que estén tiernas, unos quince minutos aproximadamente o un poquito más.

Mientras se hacen aprovechamos para hacer la ajada en una sartén con abundante aceite . En él doramos los ajos chafados y ponemos la otra cucharadita de unto.

Retiramos del fuego, dejamos templar y agregamos el pimentón . Lo pasamos a un bol y añadimos el vinagre al gusto.

Cuando las patatas ya casi están, incorporamos el pescado dejándolo cocer cinco o seis minutos. No se puede pasar, si no quedaría seco.

Una vez listo, retiramos la olla del fuego . Desechamos el agua, dejando un poco en el fondo y agregamos parte de la ajada, meneando suavemente la cazuela para que se ligue la salsa por dos minutos más.

El resto de la ajada la ponemos aparte para que cada comensal se sirva a su gusto.

Solo nos queda degustarla. Ojalá las fotografías reflejaran lo realmente rica que queda y por supuesto, esta misma receta se puede aplicar a otros pescados como la merluza , rodaballo etc.

Y me despido por unos días. Nos vemos a la vuelta.