Según dicen algunos historiadores, el origen de las rosquillas se remonta a la época romana, aunque aquí en Europa , no se las llegó a conocer hasta la Edad Media, donde se hicieron populares , pues las consideraban un dulce exquisito y además asequible para hacerlo en gran cantidad, con el fin de dárselo a la población durante las celebraciones de la cosecha.
Recetas hay infinidad, en esta ocasión,me he inspirado en una de mi amiga Labidú,a la que echo enormemente en falta por la red en esta aldea global que conformamos.
Su blog es una enciclopedia de recetas auténticas,de las de siempre,de aquellas que son tesoros heredados que no deben dejar perderse en el olvido.
Te envío un fuerte abrazo MªJesús .
Ingredientes :
2 huevos (clara y yema)
125 ml de nata de repostería
120 g de azúcar
25 ml de anís
1 sobre de levadura tipo Royal
Harina (la que admita, unos 450g)
1 pizca de sal
1 peladura de naranja
Aceite de oliva virgen
Azúcar glas para espolvorear
Elaboración :
En un bol batimos los huevos con el azúcar , la nata y el anís .Incorporamos la sal , la levadura y la harina poco a poco , hasta conseguir una masa que no se nos pegue a las manos,pero manejable,no dura.
Calentamos aceite abundante en un cazo o sartén y en él echamos la piel de la naranja, cuando está dorada la retiramos.
Formamos las rosquillas y vamos friendo suavemente . No conviene hacerlo a temperatura alta porque se dorarían por fuera enseguida y por contra,se quedarían crudas en su interior.
Según van estando listas las retiramos y pasamos a un plato con papel absorbente para retirar el exceso de aceite y en caliente aún las espolvoreamos de azúcar glas.
Las pasamos a una fuente y a disfrutarlas.
Con un chocolate o café están de lujo.
Se conservan en una lata con buen cierre hermético,aunque enseguida desaparecerán.
Quizá también te interese ver otras recetas de rosquillas como estas con manzana ,o estas con queso y limón .
Hace días que llevo pensando que hace mucho que no hago rosquillas y me apetecen y ahora veo las tuyas y me comería un buen montón, qué ricas.
ResponderEliminarYo también hecho de menos nuevas recetas de Labidú con sus narraciones que nos hacían recordar tiempos pasados.
Besos.
Que ricas Bego!
ResponderEliminarEn casa no hago nunca por pereza de freirlas...pero cuando pillo unas cuantas no les digo que no!
PTNTS
Glòria
Me encantan las rosquillas, cada época tiene las suyas y todas están ricas. Las que nos traes hoy no pueden ser más apetecibles, solas o acompañadas con su chocolate o un café son de las de saborear lentamente sin que nos moleste nadie.
ResponderEliminarHe visitado el blog del que nos hablas, pues no lo conocía, cuando pueda iré a echar un vistazo más amplio, ya que parece muy interesante.
Un beso.
Bego, ¡Por favor! Para ya, jajaja... Es que vengo a tu cocina con un hambre que me muero, que solo me he echado al coleto un café y una ciruela amarilla, y estoy que no me tengo en pie, jajaja...
ResponderEliminarPorque me faltan un par de ingredientes, que si no, ahora mismo me metía a hacer un plato de tus rosquillas para merendar, pero esta tarde o mañana a lo más tardar, iré a la compra, para no morirme con las ganas, jajajaja...
Besitos y disfrútalas tú que las tienes en casa, jajaja...
Me estoy perdiendo delicias como esta, y es que de verlo me está entrando un hambre...
ResponderEliminarSe ven de lo más deliciosas, feliz dia!
Todo un clásico estas rosquillas, Bego, que no pueden faltar en un recetario. Es cierto que ahora ganan por goleada otros asuntos que poco tienen que ver con nosotros, por eso es importante mantener estas recetas caseras tan ricas, me recuerdan mucho a unas que siempre comí en casa
ResponderEliminarAbrazos!!
A mi Bego que repostera tan buena que es :-))
ResponderEliminarPor qué siempre que vengo que es casi cada día, me voy con ganas de dulce o enamorada de tu receta. No tengo tradición de rosquillas, en mi casa, rollitos y eran al horno.
ResponderEliminarEs verdad que se echa de menos a gente de blogs que han desaparecido y algunos, sin decir ni adiós. Es que algunas llevamos mucho y es normal.
Me encantan tus rosquilas y a estas horas, con una infusión, me comería un par.
Besos.
Gosto muito de doces frutos , apesar de raramente os fazer.
ResponderEliminarEstas roscas ficaram perfeitas.
No hace ni un mes que he hecho rosquillas mis compañeros no dejan de pedírmelas cuando voy a trabajar de tarde 😉
ResponderEliminarTengo publicadas unas con nata también miraré la receta y si no es igual las haré no hay receta de rosquillas que vea y no pueda dejar de hacer ,te han quedado de relujo.
Uuuuumm como me tientas una pena no poder meter la mano y dar cuenta de unos pocas.
Bicos mil potita mía 😘
¡¡Hola Bego!! En cuestión de recetas tradicionales, es verdad que en cada casa existe su receta propia, no hay dos iguales, y en el caso de las rosquillas, es una de esas recetas que son tan iguales y tan distintas a la vez. Las que nos traes hoy se ven fantásticas, fáciles y seguro que riquísimas. Y es cierto, este mundo bloguero, al final se convierte en una gran familia. Yo también hecho de menos a blogueros que poco a poco han ido dejando sus blogs, y de algunos ya no sé nada de ellos, es una pena, pero así es. Besitos.
ResponderEliminarQue ricas!....yo le hago el quite a las frituras....pero confieso que me encantan!!.........Abrazotes, Marcela
ResponderEliminarQue ricasssss!! y como me llevan a mi infancia.....esas natas que nos daba la leche y ese sabor tan especial. Deliciosas mi reina. besinos
ResponderEliminarEs verdad, las rosquillas son de esa repostería de antaño que siempre recordamos, en aquellas bandejas grandes ... Qué recuerdos tan bonitos. Tus rosquillas huelen a caseras y a hogar. Un beso
ResponderEliminarUfffd tremendisimasssssss ay Bego y el licor también me llama hacerlo pero no sé si voy a tener tanta paciencia para probarlo siete meses soy una ansiosa jajjjj
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